Agnus Dei

  Y como un cordero ante el que lo trasquila, enmudeció y no abrió su boca. Hechos de los Apóstoles, 8:32   I Sentado a la puerta mira el viento mover las hojas, mira la fila de hormigas en el suelo, las risas de los niños en el parque, mira sin decir nada, sin moverse,…

Vacua est anima mea

  Floto en el no-tiempo no-espacio como un objeto más en el vacío: briznas de luz, residuos de silencio, relojes de cuco que siempre dan la misma hora.   A veces el vacío tiembla y salgo disparada desde la galaxia de Andrómeda a la nebulosa de Orión en una microparte de una millonésima de un nanosegundo…

Resurrección de Lázaro

    Pasa la luz sobre los muros y, afuera, algo se agita (el pájaro enredado entre las ramas canta y esparce el olor de azahar) y un ojo se abre de golpe, como si una voz hubiera dicho «sal, sal fuera», y a la voz le respondiera: “levántame” y abriendo el otro ojo le…

Pentimento

  Y, de repente, la mano que guía el pincel hacia el lienzo se detiene, suspendida entre el hacer y el no hacer, acaso distraída por la brisa o el canto del mirlo o esa voz que dice “todavía no” y le impide acabar el trazo de purísimo escarlata, y esa voz le dice “lo…

Anunciación

    Llegó, y, aún temblándole las alas, dijo “se te ha dado la gracia, la línea cóncava que lleva, entre todo lo que puede suceder y lo acaecido, al no-tiempo, no-espacio, la plenitud sin duda ni memoria” y el aire hizo moverse el manto rojo y la sombra cubrió mi rostro y mi mano, al cerrar…

La hora

Entre la hora que se mueve y la hora que descansa hay otra que flota en el espacio-tiempo, abierta como una mano dolorida.   Hora sin luz amalgama del ser y del estar, reverberación errante.   La hora en que mis células pasadas se unen a mis células futuras, doblegándose al no-tiempo, no-espacio, (dos manos…

La brizna

Llegó a mi casa y la llenó de sombras, como quien toma posesión de sus dominios, mientras decía: “nada temas, que nada tuyo es”.   Y abandoné mi casa y me sentí ligera, como una brizna de luz que temblara al saber llegado el ocaso,   esa brizna de luz que nada tiene que alumbrar…

La espera

El sol aproximándose a su ocaso, el azahar que se agita y esparce su aroma en el aire, el pájaro que silba solitario bajo el farol, no saben que la muerte se pasea con su manto rojo por delante de mi casa. En realidad, no les importa. Tantas veces han visto lo que espero. Solo…