Leyendo a Kant
Parece que entre la cosa en sí y su apariencia hay un abismo, un lago que llenamos de monstruos, —si así se quisiera llamar a los residuos del entendimiento— o, más bien, contaminamos porque cada adición cambia la esencia de las cosas si ésta vive —verdaderamente— en el tiempo. Pero esta tarde de…